En cada fecha importante intentamos recordar que hicimos o como fue aquel día en que sucedió aquel evento. No siempre logramos tener presente los detalles y en algunas ocasiones nos es imposible ver en aquel pasado donde estuvimos o que hacíamos. No se que le pasa al lector pero aquel 2 de abril de 1982 nació como cualquier día normal, levantarse temprano para ir a la escuela era la rutina obligada, andar unas 20 cuadras intentando no llegar tarde; el timbre no debía sorprendernos en el camino sino adentro de la escuela, los primeros fríos de aquel otoño misionero nos obligaban a abrigarnos ya en las tempranas horas de aquel día. graduábamos el paso y mirábamos el reloj cuando de repente escuchamos bocinas de autos que pasaban por la avenida, algunos haciendo flamear banderitas, demás está decir que por aquellos tiempos era imposible saber que pasaba si no se tenía una radio pues los periódicos no reflejaban novedad alguna y canales de televisión no veíamos en ese camino; demás está decir que los teléfonos móviles aún no aparecían por estos lugares. Para el mundial de fútbol faltaban meses así que no podía ser eso. La intriga de aquellos bocinazos cada vez más intensos aumentaba y como nunca queríamos llegar a la escuela para enterarnos que pasaba, al llegar por fin todo era euforia y los docentes y preceptores estaban alrededor de radios portátiles desde donde recibían e informaban los detalles del desembarco y recuperación de nuestras islas. Nunca sentimos tan intenso fervor patriótico, nos habían formado desde muy chicos con la angustia de saber que unos piratas nos habían robado parte de nuestro territorio y que algún día la íbamos a recuperar; había llegado el día, un día soñado que tapaba las penurias de un 90% de inflación, empobrecimiento y deuda externa e interna disparadas. Días antes la C.G.T. se manifestaba en la plaza de mayo y hubieron algunas similares en el interior que hacían prever un desenlace político adverso a la dictadura gobernante con un llamado a elecciones y la correspondiente perdida del poder. Pero paralelamente a la crisis socio económica había otra en marcha; un chatarrero del conurbano bonaerense consigue los permisos para desarmar tres factorías balleneras en desuso en Port Leyth Georgias del Sur (Fuente: Felipe Celesia, autor de “Desembarco en las Georgias”) Cuando llegan los obreros para desarmar las instalaciones a uno de ellos se le ocurre enarbolar la bandera de River Plate en un lugar alto del lugar a lo que otro le dice que estarían varios meses y que sería mejor alzar la bandera Argentina. Esto es avistado por científicos ingleses apostados a la distancia e informado a las autoridades inglesas que consideran el hecho como una invasión ya que fueron traídos por un buque de transporte de la armada, dispararon (a un animal para hacer un asado) y enarbolaron el pabellón nacional argentino. Esto es usado por la diplomacia inglesa para escalar el conflicto ya que conocían los preparativos argentinos para ejecutar la operación Rosario, invasión de las Malvinas. El conflicto había sido aprovechado por ambos bandos, el argentino para prender la mecha y el británico para batir los tambores de guerra que a esa altura ya consideraban irreversible. El desenlace del conflicto duró 74 días en los cuales se probó una vez más que “La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad”. (frase del Senador estadounidense Hiram Johnson. 1917), las noticias de la prensa argentina mostraban un triunfalismo inusitado, se exacerbaba el patriotismo, se realizaban colectas para donar a los soldados (Que nunca llegaron a la isla). De repente el final menos esperado, la rendición fue un balde de agua fría para una sociedad demasiado frustrada por años de horror que aún no salía a luz. los chicos de la guerra y los oficiales y suboficiales que participaron del conflicto como en todas las guerras realizaron hazañas que contribuyen a la épica de cada guerra, aún hoy hay periodistas y militares que repiten que la guerra estuvo cerca de ser ganada, lo cierto es que hubieron dos errores imperdonables de los generales de la junta gobernante: Pensar que Inglaterra dejaría que nos quedáramos con las islas sin reprimir la ofensa y por otro la creencia de pensar que con semejante diferencia de poderío bélico habría posibilidades de vencer a un enemigo formidable, viajaron 14mil kilómetros y tuvieron supremacía militar por agua, aire y por ultimo terrestre; resultados: 74 días de guerra, 649 muertos argentinos y un número similar de suicidios por secuelas de guerra. Todo por intentar sostener el poder militar cuyo gobierno se caía a pedazos; esto fue la verdadera razón por la que se impulsó la guerra, por supuesto se disfrazó todo de un falso patriotismo dirigencial y la inocencia del pueblo que fue engañado una vez más y que ya comenzaba a conocer las torturas y desapariciones . Para esto también hay que decir “Nunca Más”.